Una gran experiencia es la de comenzar un día claro y soleado de invierno con una imagen como la que nos presenta, el nacimiento del río Mundo o también llamado “el Reventón”. Es un momento en el que realmente piensas que la naturaleza se expresa de forma clara para dar un mensaje de fuerza, pero a la vez de delicadeza y belleza, demostrando que el poder que tiene está muy por encima del que pensamos que nosotros tenemos…
Entre la sierra de Alcaraz y la de Cazorla se encuentra el Parque natural de los Calares del Río Mundo y de la Sima, en dicho parque encontramos el nacimiento del Río Mundo, dentro del término de Riopar, y desde dicha localidad, más concretamente desde la Venta del Laminador es desde donde partiremos, para lo cual tomaremos la dirección hacia Riopar, a mitad de camino entre dicha localidad y la Venta, a mano izquierda, encontramos la carretera CM-3204, en dicho cruce podemos ver la indicación de nuestro destino, aproximadamente tras unos cinco kilómetros veremos el acceso al parking interior del Río Mundo, al cual no podremos acceder, debido a la hilera de conos existentes en la carretera que nos prohíbe dicho acceso, motivo por el que debemos seguir un par de kilómetros más, hasta llegar a un parking, donde podremos estacionar y volver a pie, o bien entrar para dar la vuelta y poder acceder al parking anteriormente indicado. En nuestro caso fue la segunda opción la elegida, teniendo en cuenta que el parking al que nos dirigimos es de pago, coste por moto o coche, no por número de personas.
Una vez en el parking, nuestra a ruta a pie será más o menos de unos 400 metros, en sentido ascendente, de dificultad baja, teniendo en cuenta que existe otro acceso para personas con movilidad reducida, sillas de ruedas o incluso sillas para bebés, todo ello debidamente indicado.
Al llegar al “Reventón”, simplemente te quedas sin palabras, pero atención, es importante saber que el espectáculo depende del deshielo, o la cantidad de lluvia que hayamos tenido previo a nuestra visita. Por ello no es muy aconsejable ir a dicho punto tras el verano.
El agua que cae por las cascadas proviene de cuevas de origen Kárstico, pudiendo a llegar a la friolera cantidad de 1000.000 litros/segundo.
Os dejamos las fotos para que podáis haceros una idea del espectáculo que hemos vivido, simplemente hipnótico.
Según el momento de la visita, si no hay riesgo de desprendimientos, es posible visitar un balcón superior, desde donde se observan los chorros que caen por la cascada, en el momento de nuestra visita dicho acceso estaba cortado. En una ocasión anterior a nuestra última visita si pudimos realizar dicho recorrido, aunque en esa primera ocasión el caudal de agua que caía era mínima. Todo no es posible tenerlo.
Indicar que se ha restringido las rutas a pie por la zona, debido a numerosos accidentes de turistas que arriesgaban más de la cuenta, pero también a la cantidad de suciedad que, “algunas personas” han dejado por los caminos y entre la vegetación a modo de rastro y huellas. A veces no entendemos como hay personas que no comprenden que al realizar una ruta a través de senderos de montaña o parques, no puedes dejar basura y que el respeto por la naturaleza debe estar por encima de todo.
Cuando consigas recuperar la noción del tiempo será el momento para darte cuenta que tu camino debe seguir, en nuestro caso el camino de vuelta…, motivo por el que iniciamos el retorno por las mismas carreteras por las que llegamos al punto en el que nos encontramos, aunque haremos alguna parada por el camino.
La primera parada será en Riopar, donde aprovecharemos para hacer algunas compras, junto a la plaza donde se ubica el ayuntamiento de esta “reciente” localidad, 1772.
El origen de este pueblo está localizado a varios kilómetros de distancia, aunque también a unos cientos de metros de altura respecto al actual. Modificación de ubicación realizada al instalarse en el municipio las Reales Fábricas de Bronce y Latón de San Juan de Alcazar, en época de Carlos III, siglo XVIII, dicha circunstancia obligó a establecerse alrededor de las fábricas a todos sus operarios, que originalmente procedían de Riopar, actual Riopar Viejo.
Debido a esta historia, no era lógico irnos de la zona sin visitar Riopar Viejo, aunque solo fuera por ver qué ha pasado con el origen del pueblo en el que nos encontrábamos, pero también por visitar los restos de lo que fuera el castillo musulmán, y la iglesia del Espíritu Santo del siglo XV, que según cuentan ha sido totalmente restaurada.
Salimos de Riopar, dirección Alcaraz, por la CM-412, tras salir del pueblo tomamos la carretera AB-415, a 700 metros, en el primer cruce, giraremos a la derecha, por una estrecha calzada, siempre en ascenso llegaremos hasta Riopar Viejo, sin pérdida, dado que la carretera termina en dicha localidad, en un parking de tierra, donde podremos estacionar.
El origen de Riopar Viejo se establece en la Edad de Bronce, perdiendo su población, tal como anteriormente hemos indicado, en 1772, momento en el que el pueblo fue abandonado.
La primera sorpresa la tenemos al llegar al parking, pensando que encontraríamos los restos de un antiguo pueblo, pero, en su lugar, numerosas casas reconstruidas de forma armónica se presentan ante nosotros, la mayoría, por no decir todas, destinadas a alojamientos turístico y restaurantes.
En lo alto de la colina, donde la tierra limita con el cielo, encontramos unos extraños restos, como si de un antiguo muro se tratase, por lo que hasta allí nos dirigimos, comprobando que nuestra primera intuición era correcta, los muros pertenecían al antiguo Castillo de Riópar. Una fortaleza musulmana que pasó a manos Critianas en la Reconquista, pero que con posterioridad perdió su misión militar, pasando a ser el cementerio, al aire libre, de la localidad, siendo este hecho otra de las sorpresas que nos llevamos, dado que en la visita que realizamos a los restos del castillo, numerosas tumbas van apareciendo, sin que exista un orden lógico.
Es momento de seguir nuestro viaje, por lo que salimos de Riopar Viejo, por la única carretera existente, y cruzando la sierra por la CM-412, carretera que utilizamos para llegar a Riopar.
En nuestro anterior post, ya os comentamos que en este camino de vuelta, repetimos nuestra visita a la localidad de Alcaraz…
Tras la breve parada para la visita diurna, seguimos nuestra ruta de ascenso,
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Próxima entrega – Puerto Lápice. Entre Azorín y Las Posadas de Don Quijote.